Tierra Fértil Partería está conformada por parteras tradicionales, mujeres en formación dentro de la tradición, asesoras con amplia experiencia y especialistas en salud integral de las mujeres.
Desde Oaxaca, trabajamos colectivamente por una cultura de cuidado, respeto, amor y conexión espiritual con el nacimiento y la vida. Nuestra labor fortalece la partería como un camino transformador que acompaña a mujeres, bebés, familias y comunidades.
En Tierra Fértil Partería actuamos como parteras tradicionales y en la tradición, inspiradas por los siguientes principios:
- Nos reconocemos como guardianas de la vida en todas sus formas.
- Honramos los saberes ancestrales y los caminos espirituales de la partería tradicional.
- Integramos conocimientos diversos: fisiológicos, culturales, ecológicos y políticos, desde una visión complementaria y en constante crecimiento.
- Nuestra práctica se basa en la autonomía, la autorregulación y la defensa de los derechos humanos, la equidad de género y la justicia social.
- Cuidamos los distintos cuerpos del ser: físico, emocional, mental y espiritual.
- Caminamos desde el corazón, la intuición, los sueños, el contacto con nuestras guías espirituales. Somos sanadoras, consejeras, mujeres de medicina.
- Utilizamos recursos de la naturaleza: plantas, minerales, palabra, rituales, rezos, ceremonias, limpias y ofrendas.
- Dialogamos con la medicina oficial desde el respeto y la complementariedad.
- Actuamos con coherencia, humildad, generosidad y paciencia.
- Acompañamos desde el respeto al cuerpo, la dignidad y las decisiones de cada mujer.
- Reconocemos como sagrados los ciclos de la vida femenina y el nacimiento como rito de paso.
- Sabemos que cada mujer es protagonista de su proceso. Intervenimos sólo cuando es realmente necesario.
- Fomentamos saberes colectivos, diversidad, inclusión, comunidad y también el gozo y el placer como parte esencial de la vida.
¿Por qué lo hacemos?
En México, la atención médica durante el embarazo, parto y posparto, tanto en el sector público como privado, está marcada por la sobre-medicalización y, en muchos casos, por prácticas de violencia obstétrica —desde lo físico hasta lo emocional.
Las tasas de cesáreas alcanzan entre el 50% y 90%, dependiendo del contexto, mientras que la Organización Mundial de la Salud recomienda no superar el 15%. Además, la lactancia materna exclusiva apenas alcanza el 18% a nivel nacional.
La partería ofrece una alternativa respetuosa y comunitaria que ha perdido reconocimiento. Su desplazamiento ha generado una dependencia de servicios hospitalarios muchas veces deshumanizados, en los que se practican procedimientos innecesarios como inducciones, episiotomías o separaciones tempranas.
Las parteras no sólo acompañamos nacimientos. También brindamos educación sexual y reproductiva accesible, fortaleciendo la autonomía corporal y emocional de las mujeres. Somos guardianas de la vida: acompañamos desde el conocimiento ancestral y el amor, con cercanía, respeto cultural y herramientas naturales, cuidando la salud integral de madre y bebé.